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miércoles, 27 de agosto de 2008

miércoles, 20 de agosto de 2008

El Pan del Arenal


En el amplio territorio que conforma Pachacútec, en el distrito de Ventanilla, se instaló en febrero del año 2003, un grupo de 16 personas, las cuáles, como suele suceder con la mayoría de los acentamientos humanos, eran desalojados una y otra vez por la policía, pero a la larga, lograron instalarse pese a que hubieron varios que desertaron antes de tiempo. Los ocho que quedaron, fundaron el acentamiento Cerro Cachito. Aunque parece una historia como cualquier otra, ésta se caracterizó porque los residentes tenían algo en particular: tenían diversas discapacidades de cuerpo, mas no de espíritu emprendedor y pujante.
Jhonny Torres es uno de los primeros que llegó a instalarse y que, actualmente, es el presidente de la Asociación de Discapacitados de Cerro Cachito. A sus 41 años y con 2 hijas, Torres reconoce el arduo esfuerzo que le costó el poder registrarse en Pachacútec y fundar la comunidad, hasta el punto de seguir creciendo y de llegar a poseer alrededor de 115 habitantes en todo el Acentamiento humano.
Uno, al entrar en Cerro Cachito, puede observar una construcción hecha a base de material prefabricado, de color verde y con un letrero que indica, se trata de la única panadería existente en toda el área. El Fondo de Proyectos Municipales – FPM de PROPOLI fue el encargado de financiar la construcción de ésta panadería en el año 2006, además de ser uno de los seleccionados entre 18 proyectos, por el Fondo de Iniciativas Locales para Discapacitados de PROPOLI, lo que propició que, con el dinero otorgado, se pudiera comprar maquinaria para el trabajo de los productos. Actualmente cuenta con un horno industrial, bandejas, mezcladoras, batidoras, amasadoras y vitrinas para exhibir los panes, llegando inclusive a producir hasta más de mil panes por día.
Los trabajadores de la panadería, todos en su mayoría con deficiencias físicas, cuentan, incluso, que recibieron previamente capacitaciones laborales y que, antes de llegar a Cerro Cachito, habían sufrido para tratar de conseguir empleos, debido precisamente a sus dificulatdes corporales, por lo que se sienten completamente afortunados de haber llegado a éste lugar. Asimismo, también afirman que las autoridades de Pachacútec, los llaman "Guerreros del Desierto", lo que consideran un halago. "Así nos llaman las autoridades. Y así nos sentimos nosotros, porque ser discapacitado en el Perú, y además pobre, es muy difícil, y hay que ser un guerrero para salir adelante”, afirma Jhonny Torres.
Ejemplos de vida, modelos que valen la pena seguir. Personas que demuestran que aunque les falta un miembro corporal, o no tengan las mismas oportunidades que el común denominador, no significa que no puedan sobrevivir y que tengan que depender de otros, sino que ellos mismos son su soporte para continuar.